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Hannah Arendt, "La libertad de ser libres"

Taurus, Barcelona, España, 2018

87 páginas.



En este breve ensayo la filósofa y teórica política Hannah Arendt ofrece sus reflexiones en torno al concepto de revolución y su significación a lo largo de la historia. La autora, al circunscribirlo al ámbito político, establece una intrincada relación con los conceptos de liberación y libertad. De esta forma, evidencia cuán frágil puede resultar fundar la libertad al exponer los contrastes entre diversos procesos revolucionarios, prestando particular atención al caso de la Revolución Francesa y la Revolución Norteamericana. A pesar de que ambas comenzaron bajo situaciones similares, es en el proceso de liberación donde podemos observar cómo los destinos de una y otra tomaron caminos diferentes.


Para Arendt, la irrupción en escena de las masas en el proceso revolucionario francés condicionó su desarrollo y desvió la lucha por la libertad política a una lucha por el resguardo de la vida privada, situación ignorada en el caso estadounidense. Los hombres de letras, es decir, “aquellos que no tenían amo, ni estaban siempre ocupados en ganarse la vida” (p.30), entendían la revolución ante todo como liberación del absolutismo y el despotismo, sin embargo, “la libertad de ser libres, significaba ante todo ser libre no solo del temor, sino también de la necesidad” (p.32). Para que esto sea posible se deben atender las miserias de la población, porque si la libertad es poder actuar y participar en la vida pública, allí donde la necesidad y la carencia reinan en complicidad, la libertad amaina, y la “libertad de ser libres”, deviene un anhelo y privilegio de unos pocos.


En líneas generales, Arendt nos advierte que no existe una relación necesaria entre liberación y libertad. Si bien es inevitable pasar por la liberación para conseguir la libertad, esta última no es una consecuencia necesaria de la primera. Este es el mayor peligro de las revoluciones, puesto que el proceso de liberación puede culminar en una contrarrevolución (vuelta al estado anterior, restauración) o una tiranía, donde el resultado puede ser la absoluta pérdida de la libertad. Si los procesos revolucionarios comienzan allí donde existen vacíos de autoridad y poder, es necesario recordar que, como en la casa de Ulises, los politicastros deambulan esperando el momento preciso para tomar posesión.


Es manifiesta la pasión que siente Arendt por los fundamentos de la historia política norteamericana, como si de alguna u otra forma, entroncarse en aquellas raíces le permitiese ir descubriendo el origen de la tradición de la nación que se convirtió en la suya, luego de ser forzosamente apátrida durante años. Con todo, su examen no rinde pleitesía alguna, si hay algo que no podemos atribuir a su espíritu es la falta de justicia en sus juicios. Más allá de la mera erudición, el pensamiento de Arendt se mantiene en movimiento, ofreciendo una increíble atmósfera de ecuanimidad. Su aproximación a la historia es la de los grandes historiadores de la antigüedad, como Heródoto, quien narraba las grandes hazañas de griegos y bárbaros sin distinción ni miramientos.


Todo gran pensador ofrece una visión mundo, más amplia y sistemática, no importa la constelación de conceptos que cree o los giros del lenguaje que utilice, sus afirmaciones siempre se rodearán de una dulce fragancia de totalidad. En Arendt, se olfatea cuando discurre acerca de la “natalidad”, es decir, en la continua regeneración de la especie humana y el profundo significado que este acontecimiento tiene respecto de la revolución y la construcción libre de un orden, además de un resguardo sólido del mismo, ya que los nuevos serán hijos e hijas de su tiempo, de su momento histórico y, por lo tanto, de la capacidad de ese orden para afrontar el advenir de los nuevos. Eje central en el desarrollo de su pensamiento, para Arendt, el nacimiento y su consiguiente capacidad de actuar y hablar es la maravillosa garantía del comienzo, porque “somos comienzo y, por ende, principiantes” (p.47).


Ineludible al término de la lectura de este trabajo será la revisión de la obra para la cual forma parte este ejercicio de pensamiento. Me refiero a “Sobre la Revolución” (Alianza, 2013) donde se profundizan muchos de los temas que recorren “La libertad de ser libres”. Asimismo, para una aproximación al problema de la libertad en Arendt, recomiendo la lectura de su ensayo “¿Qué es la libertad?” (“Entre el pasado y el futuro: ocho ejercicios de reflexión política, Ariel; 2016) donde establece una clara distinción entre libertad individual y libertad política, aquella que para Arendt es la auténtica libertad y la única posible. La presente edición de Taurus termina con un esclarecedor ensayo sobre las líneas centrales del pensamiento de Arendt y el origen de este ensayo inédito. Por último, incluye una útil nota bibliográfica que permite a cualquiera que así lo desee, adentrarse en las reflexiones de una vida dedicada a la elucidación de la política y el compromiso con la verdad, una voz firme para tiempos de indecisión.

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